12 de septiembre de 2010

LA ESTRELLA DE USA AL RESCATE



Redacción - 12/09/2010 03:00
Las sucesivas renuncias de Lebron, Kobe, Wade y compañía obligaron a Estados Unidos a presentarse en Turquía con un equipo de segundo nivel. Por suerte para Mike Krzyzewski, una superestrella sí respondió afirmativamente a la llamada de su selección. Y Kevin Durant, el asesino con cara de niño, recibió el encargo de liderar una misión imposible para los americanos en los últimos 16 años: recuperar el oro que el equipo no gana desde 1994. La misión está a punto de completarse con éxito.
Durant ha respondido en todos los momentos en que su equipo le ha necesitado a lo largo de este Mundial. Anotó 27 puntos en el duro duelo ante Brasil, se fue hasta 33 en los cuartos de final contra Rusia y ayer hundió a Lituania con 38 para meter a su equipo en la gran final. Nunca un jugador estadounidense había sido tan importante para su selección desde que acuden los NBA. Durant atesora a día de hoy el mejor promedio anotador de todos ellos (22,2), superando los 19,9 de Carmelo Anthony en el Mundial de Japón.
El potencial de este jugador espigado y de rostro aniñado es bien conocido desde sus años de 'high school' (Oak Hill) y universidad (Texas). Pero nadie esperaba que se colocara tan pronto a la altura de los mejores. Lo ha hecho esta última temporada, cuando a los 21 años y 197 días se ha convertido en el más joven máximo anotador de la historia de la NBA (30,1 puntos).
"Mide casi siete pies y sale de los bloqueos para tirar como si fuera Ray Allen", dice de él el alero Shane Battier. Sus rivales le consideran casi imposible de defender, ya que conjuga la estatura (2,07) y envergadura (2,26) de un pívot con los movimientos de un escolta. "Pensé que estaba jugando contra el jodido Michael Jordan", dijo de él Kevin Garnett.
Aparte de su talento, Durant está destacando en Turquía por su seriedad y compromiso. Es discreto, apenas protesta, ninguna muestra de prepotencia... sólo le importa cumplir la misión para la queha cruzado el oceáno. El jueves, ante Rusia, escibió en sus zapatillas la cifra '1972' para no olvidar la polémica derrota de Estados Unidos ante la URSS en la final olímpica de Munich'72. También podía leerse 'stay focused' (mantente concentrado) y el nombre de Charles Craig, en honor al entrenador que tuvo de niño y por el que en la NBA lleva el '35', edad a la que éste murió. Son recordatorios para no bajar los brazos antes de hora. Y no lo hará. "Estamos donde queríamos pero nos queda un partido, el más duro –dijo ayer–. Todavía no hemos acabado nuestro trabajo"

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