11 de septiembre de 2010

TURQUIA VS USA, LA FINAL MAÑANA DOMINGO

 Tunceri posibilitó la victoria turca con esta bandeja a falta de 5 décimas para el final del partido
Tunceri posibilitó la victoria turca con esta bandeja a falta de 5 décimas para el final del partido
FOTO: RTRPIX
Un día se puede ver todo blanco y 72 horas después caer en la más absoluta oscuridad. Es el caso de Serbia. Los de Ivkovic probaron de su propia medicina ante Turquía, la misma que recetó a España el pasado miércoles. La composición de la fórmula es simple y se suele despachar en pequeñas pero letales dosis: una canasta en el último suspiro.
Kerem Tunceri fue el encargado de dispensar la prescripción. Y no requirió mucho esfuerzo puesto que el paciente, sano hasta el momento, hizo todo lo posible por facilitarle el trabajo. Cuando faltaban cuatro segundos por jugar, Velickovic había colocado el 82-81 a favor del subcampeón de Europa. Tanjevic reunió a los suyos para organizar la reacción. Turquía le dio el balón a su base, el hombre que había comandado la remontada local hasta ponerlo un punto arriba (75-76).
Y Tunceri no falló. Esperó a encontrar un espacio en la defensa serbia que se antojaba imposible, dado el poco tiempo por jugar y el grado de concentración necesario que siempre se le espera al equipo que guarda el resultado. En este caso, la lógica se ausentó. El ex madridista llegó hasta el aro con una facilidad pasmosa, como si su rival no creyese en que intentaría penetrar. Pero lo hizo. Nadie salió a su encuentro y elevó a todo un país al delirio.
Aunque restaban 0'5 segundos por jugar, los turcos ya andaban sumidos en celebraciones. Hubieron de interrumpirlas un minuto. La solución de Ivkovic fue mandar el balón a Velickovic debajo del aro para que palmease el saque de banda desde el centro del campo. El anfitrión también accedió a que esa jugada se llevara a cabo, debido a un desajuste total en el marcaje. Llegó a lanzar aunque Erden apareció para taponar la remota esperanza serbia.
Dominio de principio a... casi fin
0-2. Esa fue la única ventaja de Turquía hasta el último periodo. Desde el primer minuto, Teodosic asumió mando en plaza y desplazó a los bases rivales en el control del partido. Tepic se aprovechó de tenerlo a su lado y conectó dos triples en los compases iniciales. A los anfitriones les costó ubicarse en la pista. Ilyasova avanzó que no era su día y el equipo lo notó. Sólo Turkoglu (9 puntos en ese cuarto) encontraba el camino el aro. A pesar de su evidente superioridad, los 'plavi' sólo comandaban el marcador por tres puntos (20-17).
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Teodosic (13 puntos) borró del mapa a los bases rivales en la primera parte. Foto: AFP
El segundo acto nos dejó un intercambio de zonas como variantes tácticas, del que Serbia salió vencedora. Keselj y Savanovic (autor de un recital anotador envidiable) volvieron a presumir de muñeca saliendo desde el banco. Turquía, mientras tanto, surtía de balones a Gonlum, pretendido héroe por accidente. Y, aunque el envite reclamaba protagonismos de mayor envergadura, surgió Arslan para revolucionar el ritmo local. Ni siquiera su acierto exterior sirvió para reducir diferencias, incluso se alcanzó el efecto contrario. 42-35 al descanso y la sensación de que los de Ivkovic merecían más.
Tras la reanudación, y a falta de fluidez en el juego, la grada aportó su cuota requerida. Sumergidos en el apoyo de su afición, Turkoglu (con un triple) y Erden (con un dos más uno) posibilitaron igualar el choque a 46. Momento Teodosic: triple y asistencia genial. Ayuda de Keselj: triple. Resultado: 54-46 y tiempo de Tanjevic. ¿Remedio? De nuevo Arslan (12 puntos) y su contagiosa intensidad para liderar un parcial de 2-9 (56-55). El Sinan Erdem comenzaba a creer.
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Onan: "Es un día histórico para el baloncesto turco". Foto: RAFA CASAL | MARCA
El exiguo 63-60 que reflejaba el luminoso cuando quedaban 10 minutos resultaba tan injusto, juicio de merecimientos mediante, como peligroso para Serbia. Krstic (15 puntos), con cuatro personales, fue el referente de un equipo que ya no hallaba soluciones en el perímetro. Y comenzó el recital de silbato. Numerosas personales, teñidas la mayoría de color blanco desquiciaron a los visitantes. Tanto que con el 75-69 propiciado por Keselj (18 puntos) y Teodosic (13), se señaló una antideportiva a Markovic que menguó la diferencia (75-73).
Y ahí Tunceri (12 puntos)se posicionó bajo los focos. Suyo fue el triple que puso arriba a Turquía (76-76). Era el principio de su carrera al estrellato particular, amenazado con sendos triples de Turkoglu (16 puntos en total) y Teodosic. Keselj reclamó también su porción del pastel anotando dos libres con ligereza inusual. Más tarde, Erden sumó un dos más uno que no llegó a culminar con el adicional (80-81). Después llegó el turno de Velickovic, en lo que parecía la acción definitiva. Pero lo que por momento se ve blanco, un minuto se revela oscuro. Tunceri ensombreció la momentánea alegría serbia y, como logro mayor, disparó la ilusión de un país que sueña con conquistar el mundo.
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