3 de octubre de 2010

ESPAÑA ARREBATA EL BRONCE A BIELORRUSIA

 ESPAÑA CELEBRA SU MEDALLA DE BRONCE
La selección femenina de baloncesto culmina una brillante trayectoria de los últimos años con una medalla de bronce en el Mundial de la República Checa, tras derrotar a Bielorrusia en el partido por el tercer o cuarto puesto (77-68), con la aportación vital de Sancho Lyttle, Alba Torrens y Amaya Valdemoro, dentro de un grupo que remó siempre junto en la misma dirección.

Es el premio a un equipo que sin ser física ni técnicamente el mejor del campeonato, goza del espíritu de equipo necesario para triunfar en competiciones internacionales. Hasta ahora, los Europeos eran campos de medallas desde 1993 (un oro, una plata y cuatro bronces), pero la espina clavada de esta generación era el Mundial, donde dos quintos puestos eran su mejor lucimiento.

¿Y qué ha cambiado respecto a otros Mundiales? La suma a ese espíritu de equipo, a esa mezcla de calidad y coraje, de una pívot dominadora, intmidadora, reboteadora y anotadora como Sancho Lyttle, nacionalizada por el Consejo de Ministros en el mes de junio por, literalmente, "circunstancias excepcionales como poseer excelentes cualidades físicas y técnicas para destacar en el baloncesto, lo que puede contribuir a elevar el potencial del equipo nacional en proyectos futuros, como su selección para participar en el próximo Mundial". Ni que los Ministros supieran de baloncesto... Dicho y hecho.

Más difícil de lo que parecía

España se plantó en el campo a por la medalla. Puso velocidad, ritmo y anotación exterior, con una Alba Torrens en estado de acierto. 15 puntos en un cuarto y medio .Todo apuntaba a un paseo, a una medalla lograda en un partido sin historia, sumando, principalmente, Torrens, Lyttle y Montañana. Amaya Valdemoro no estaba, pero tampoco se la necesitaba.

Y todo fue así hasta mediado el segundo cuarto. Sólo los buenos movimientos y la buena mano de las dos jugadoras interiores de Bielorrusia, Verameyenka y Leuchenka, mantenían la equidistancia. Pero las bielorrusas decidieron hacer notar por qué habían llegado hasta allí y habían dejado a Rusia en el camino. Apretaron en defensa y aportaron desde el juego exterior.

Al descanso, la distancia menguó hasta los siete puntos, con una absurda falta personal de Torrens a falta de un segundo, con balón en campo bielorruso, que, a tenor de lo visto después, sacó del partido a la mejor jugadora hasta el momento.

Remontada incompleta

El inicio del tercer cuarto no fue el mejor. La remontada parecía posible y las bielorrusas se colocaron a un punto. España se había bloqueado. Lyttle aguantó al equipo con ventaja, tiro del carro y sus puntos insuflaron al equipo la energía para, al menos, defender con más intensidad.

Con eso, y con la aparición de Amaya Valdemoro y el constante martilleo de Sancho Lyttle y Ana Montañana, a España le bastó. Aguantó el tirón final bielorruso pero no sufrió como en el tercer cuarto. No fue el paseo que vislumbró el inicio del partido, lo que da, si cabe, más sabor al bronce que ya cuelga de sus cuellos.

El futuro dirá si éste es el último triunfo de este equipo, en el que seis jugadores superan o rozan los 30 años. El inmediato no pinta tan boyante pero no como para desesperar, ya que las categorías inferiores, que aún tardarán en llegar, sí que van triunfando. Ellas, las chicas del bronce del Mundial de la República Checa, serán el ejemplo de las venideras. Y si fallamos en algo, acudiremos al Consejo de Ministros y sus "circunstancias excepcionales".

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