BUENOS AIRES, ARG. -- Cada vez que Mike  Krzyzewski frotó la lámpara en las  canchas de Estambul, un genio de  brazos y piernas largas salió a la luz  para transformar problemas en  soluciones.
Kevin Durant jugó un   torneo maravilloso en Turquía. Y fue, quizás, la gran razón por la que   el Team USA logró imponerse sin transpirar -a excepción del choque   frente a Brasil- en un torneo que más allá de ellos fue de una   competitividad feroz.
Durant fue,  desde pequeño, un fuera de  serie. Pese a que tenía un complejo  importante con su estatura, que lo  hacía ubicarse siempre al fondo de  la clase para pasar lo más  desapercibido posible, dentro de la cancha  era todo lo contrario: feroz,  aguerrido, todo un atleta y un líder para  los suyos.
"Necesitamos  que  Kevin pase menos el balón, que se sienta líder de este equipo, no  hace  falta ser tan solidario con la pelota en las manos", había dicho   Krzyzewski en la preparación del Team USA hacia el Mundial de Turquía.
Y el mensaje llegó a destino en el momento indicado. 
Con   sólo 11 años en su documento de identidad, Kevin ya había logrado su   primer campeonato nacional como miembro de los Prince George Jaguars. En   aquella definición juvenil, Durant anotó 18 puntos en el juego de   cierre y le dijo por primera vez a su madre, Wanda Pratt, que quería   jugar en la NBA. 
Ya en aquel  entonces, Durant se había convertido  en amigo de Michael Beasley y  Chris Braswell, futuros NBA. Los tres  formaban el núcleo de los  Jaguars, mientras que tiempo después jugó  junto a Ty Lawson en los D.C.  Blue Devils.
"Le prometí que lo iba a ayudar en lo que deseara y necesite hacer", recuerda Wanda.
Precisamente,   Durant llegó a la NBA con traje de estrella pero, al igual que su  ídolo  Michael Jordan, se ubicó en el segundo lugar del Draft por detrás  del  malafortunado Greg Oden. Es el día de hoy que los Portland Trail  Blazers  deben estar pensando cómo les puede haber pasado dos veces lo  mismo,  primero con Sam Bowie por encima de MJ en 1985, luego con Oden  encima de  KD en 2007. 
Kevin no  tuvo la chance de estar junto a su padre,  Wayne Pratt, en los primeros  años de su vida, ya que abandonó su casa  cuando Kevin tenía sólo ocho  meses de edad. Fue criado por la madre de  su padre, Barbara Davis, y  por su madre, Wanda Pratt. Wayne, un policia  federal, volvió a la vida  de Kevin 13 años después de su partida, y es  el día de hoy que tienen  una relación sólida y amistosa.
La   historia de Durant puede tener un comienzo en el Seat Pleasant   Recreation Center, un edificio ubicado cerca del Río Anacostia en los   suburbios Washington D.C, donde KD soñaba com dominar el básquetbol de   esos lares. Primero quiso ingresar al equipo, lo logró y luego empezaron   a aparecer las situaciones positivas punto a punto. 
Decidió utilizar el número 24.
Según rescata Darnell Mayberry, del periódico NewsOK,   una mujer se le acercó al año siguiente de su ingreso al equipo para   decirle: "Oye, deberías cambiar tu número por el 23, debido a cómo estás   jugando ahí afuera. Eres como Jordan".
El  desarrollo como jugador  de Durant fue encomendado por su madre al  entrenador de AAU, ubicado en  el barrio, Taras Brown, más conocido como  Stink. Digamos que fue  un entrenamiento parecido al ejército,  con reglas claras para convertir  a KD en un jugador de elite. La idea  era abandonar los hábitos  incorrectos, mientras sus amigos se  divertían, él se dedicaba a entrenar  desde un punto de vista físico  (subiendo y bajando colinas), miraba  videos y evitaba los partidos  callejeros. 
Llegó a entrenar cerca de ocho horas por día en verano. 
"Realmente   lo admiro. Trabajó tan duro", dice su madre. "Eso es lo que la gente  no  alcanza a ver. Trabajó tan duro desde los ocho años, hasta que supo  lo  que quería hacer. Y desde ese momento, nunca dejó de trabajar",  recoge NewsOK.
La idea de ser una estrella de NBA empezaba a tomar forma.
LOS AÑOS DE CRECIMIENTO
Kevin   y su hermano mayor Tony siempre amaron los deportes. En el área de   Baltimore, seguían todo lo que sucedía con los equipos y los Washington   Wizards de Michael Jordan no fueron la excepción. 
Su  hermano fue,  quizás, su mayor competidor. Era la línea con la que se  medía contra la  pared cada vez que jugaban partidos uno contra uno.  Kevin no pudo  vencerlo hasta los 17 años: "siempre me hacía enfurecer,  me empujaba  para que cada día fuera mejor. Cada vez que lo enfrentaba  lo quería  destruir. Así me hacía sentir y así fue como mejoré mi juego  de manera  sistemática", señala NewsOk.
Getty ImagesEn la Universidad de Texas, KD se hizo conocido
Luego   llegó como Junior a Oak Hill Academy y promedió 19.6 puntos y 8.8   rebotes por aparición. No sólo eso: al año siguiente fue dirigido por el   legendario coach Stu Vetter en la National Christian Academy, mejoró   sus promedios a 23.6 puntos y 10.9 rebotes, y fue JMV conjunto en el   All-Star de McDonald 2006. 
En su  segundo año con la National  Christian Academy, llegaron a un récord de  27-3, el mejor de la historia  para la escuela. La razón del  crecimiento tenía nombre y apellido:  llegó a jugar de base, de escolta,  de alero y de centro. 
A partir   de ese momento, los radares se encendieron a lo largo y a lo ancho de   Estados Unidos. Todos hablaban de un jovencito llamado Durant, con   brazos tan largos y movimientos tan veloces que no podía ser controlado   ni en el perímetro ni en la pintura. Como si fuera poco, colaboraba con   sus compañeros. Y el hambre de anotación parecía encenderse y apagarse   cuando él lo deseaba. 
Finalmente,  Durant llegó a la Universidad  de Texas impulsado por el asistente Russ  Springmann y el NBA Maurice  Evans, y dirigido por el coach Ric Barnes  en la NCAA. 
Cuando  cumplió 18  años en septiembre, ya se había convertido en una revelación  para el  mercado estadounidense. Era titular junto a otros tres jugadores  de  primer año en un proceso de renovación que Barnes había encabezado y  ya  figuraba entre los mejores diez anotadores y reboteros de la nación   tras sólo un par de meses.
APDurant y Budinger brillaron en el McDonald's 2006
Kevin   llegó a promediar 26 puntos y 11 rebotes por juego. Siempre rondaba   entre los 20 o 30 puntos por aparición y sus 390 rebotes fue la tercer   marca histórica para un debutante en la NCAA. Nunca se hacían jugadas   para él. Por más que Barnes pensaba en diseñar algún tipo de movimiento   para que lidere a sus compañeros, jamás lo hizo para no limitar al  joven  KD en su crecimiento como jugador. 
Los Longhorns terminaron con un récord de 25-10, terceros en el Big 12,   con un ránking Top 20 nacional. Kevin y A.J. Abrams lideraron al  equipo  al juego de campeonato del Big 12, pero terminaron perdiendo  ante Kansas  en tiempo extra por 88-84. 
Eso  no impidió que Durant alcanzara  los logros que su carrera merecía en  el básquetbol universitario. Fue el  primer freshman en ganar el John R.  Wooden Award, el Naismith Award y  el Adolph Rupp Trophy. Además,  consiguió los honores para el equipo  All-American y se convirtió en el  tercer freshman de la historia de la  NCAA que consiguió ese honor,  sumándose a Wayman Tisdale (1983) y Chris  Jackson (1989). Durant fue  elegido en el Big 12 Freshman y fue Jugador  del Año, alcanzó los  honores del primer equipo All-Conference y fue  elegido en el equipo  defensivo del año.
Tan importante  fue KD para  Texas que el 25 de febrero de 2009, la Universidad retiró  su número 35  (lo sigue usando por su entrenador de high school que  falleció a esa  edad), una distinción que sólo alcanzaron tres jugadores  en los 103 años  de historia del programa.
EL SUEÑO NBA CUMPLIDO
Habían   pasado años de duro entrenamiento en el Seat Pleasant Recreation   Center. Se había formado como jugador, noches enteras soñando en las   afueras de Washington con alcanzar una única meta: ser profesional del   básquetbol.
Vivió un debate único  con Greg Oden acerca de quién  debía ser el número uno del Draft 2007.  Meses de discusión inclinaron a  los Blazers a tomar a Oden por encima  de Durant. El centro se lesionó  antes de empezar la temporada, estuvo  todo el año fuera y KD fue  seleccionado por Seattle Supersonics...  convirtiéndose en novato del año  de esa temporada, tras promediar 20.3  puntos, 4.3 rebotes y 2.4  asistencias en 34.6 minutos por juego.
Incluso,  en esa temporada,  anotó 42 puntos y bajó 13 rebotes el 16 de abril de  2008 ante Golden  State Warriors, con sólo 19 años en su documento de  identidad. Ningún  otro jugador en la historia de la Liga consiguió algo  semejante a una  edad tan temprana.
Una estrella de primera línea empezaba a brillar en el cielo de la NBA.
Getty ImagesEl alero del Thunder puede lanzar... y también volar
Algo  más: logró 25 puntos o  más en 29 partidos consecutivos, la segunda  racha más alta de la  historia de la Liga, y llevó al Thunder a los  playoffs, perdiendo contra  los campeones Lakers en siete partidos.
EL NUEVO REY DE LOS ESTADOS UNIDOS
"Nuestra  única  opción era venir aquí y ganar el oro, y se siente realmente bien  traer  este premio de regreso a Estados Unidos", dijo Durant luego de  la  conquista.
KD es un jugador  imposible de defender en el básquetbol  FIBA. Y poco a poco, está  empezando a suceder lo mismo en la NBA. Posee  brazos y piernas tan  largas, y es tan veloz para un jugador de su  estatura (2.06m, 98 kg.)  que nadie puede controlarlo con facilidad. En  pocas palabras, es un  Dirk Nowitzki veloz, con una mano mucho más  certera a distancia. Si uno  coloca un perimetral para defenderlo, tira  por encima, si coloca un  interno, penetra y va hacia el aro. 
¿Qué hacer entonces? Rezar cuando tiene la pelota en su poder. Y ser bastante creyente. 
Fue   elegido Jugador Más Valioso del Mundial con 22.8 puntos, 6.1 rebotes   por juego y 91.1% desde la línea de libres. Compartió el quinteto ideal   con Hedo Turkoglu, Luis Scola, Milos Teodosic y Linas Kleiza.
Getty ImagesDurant jugó un torneo fantástico en Estambul
Y fue un camino  duro ser el líder de este equipo. Mucha  gente apostó contra él y lo  único que hizo el alero del Thunder fue  demostrar que tenía todas las  armas necesarias para llevar a Estados  Unidos a su primer título  mundial en 16 años, pese a su edad prematura. Y  que lo podía hacer  jugando al estilo veloz y vertiginoso del básquetbol  NBA.
Pero  fue un camino duro para llegar hasta aquí. Los  amistosos en europa  demostraron que el básquetbol FIBA iba a ser  diferente, mucho más duro  de lo que pensaban en la previa. Sufrieron  ante Brasil al ganar por  sólo dos puntos en la ronda preliminar, pero  luego aplastaron a Angola,  Rusia, Lituania y Turquía para ganar la  medalla de oro y llevarse el  torneo invictos. Mejoraron la defensa,  presionaron la salida y forzaron  pérdidas de balón.
Más allá de   algunos gritos reprochables a la tribuna visitante tras las conversiones   -lógicos para un jovencito que no está acostumbrado a un abucheo tan   grande como el que practica el público de Estambul-, KD se mostró como   un caballero. Y como un deportista de primer nivel.
"Tiene  el  corazón más puro que yo he visto en una persona", dice su padre  Pratt.  "No lo digo porque sea mi hijo. Lo dijo porque realmente lo  siento así.  Es un chico dulce, un ser humano dulce". 
¿Cuál  es su techo como  jugador? Imposible saberlo. Minuto a minuto, hora a  hora, día a día se  sigue superando. Y su cuarta temporada de NBA puede  traer más sorpresas  bajo el brazo.
Al  pedestal de figuras conformado por Kobe Bryant,  LeBron James y Dwyane  Wade, se le ha sumado un cuarto ícono de lujo en  los últimos tiempos. Y  aquellos fanáticos que froten la lámpara podrán  pedir, ahora, por un  nuevo genio. 
¿Quién dijo que el  Mundial 2010 de Turquía no servía? Para Durant, fue otro condimento más  para su despegue como estrella.  Y la principal razón para tener un  lugar garantizado en el equipo de los Juegos Olímpicos 2012.
No es poca cosa.
Información   del periódico NewsOk, el sitio web JackBio.com y el sitio web oficial   de Kevin Durant fueron usados en este artículo.Bruno Altieri es responsable de la sección de básquetbol en ESPNdeportes.com.
 
 
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