A. Delmás | 10/09/2010
Cuando se fue a dormir, tras el partido, ¿cómo recordaba todo, cómo se sentía?
Daba gracias a Dios por haber anotado ese triple, por mi equipo, por nuestro entrenador, el señor Ivkovic, y nuestro país, Serbia. Lo recordaré toda la vida. Lo hice, pero sé que no fue una decisión inteligente. No he querido volver a ver la jugada, intento olvidarla: ya pasó y debemos pensar en lo que tenemos delante, la semifinal.
¿Qué quiere decir con lo de que no fue una decisión inteligente?
Sólo doy las gracias a Ivkovic, porque tuvo toda la confianza en mí y puso en mis manos la decisión final. Él confía en mí, como yo confío en él. No tenía nada decidido cuando salí botando el balón, iba pensando qué hacer. Si hubiera visto a un compañero en buena posición, le hubiera pasado el balón. Al fin, tiré porque se acababa el tiempo, tenía una buena posición, aunque algo lejos, y los españoles me dejaron espacio en el cambio defensivo. Pero no ganamos por ese triple.
¿No?
Ganamos porque jugamos un gran partido durante los 40 minutos y el triunfo es la recompensa merecida a eso. Es un triunfo de lo que hizo el equipo, no mío solamente.
¿Ha logrado alguna vez algún triple similar?
Recuerdo uno bastante parecido, hace un año y también casi al final, en el Eurobasket de Polonia, ante Eslovenia. Aquel triple mandó ese partido a la prórroga, y ahí ganamos.
Hubo un momento, en los días anteriores al torneo, en el que pareció que la FIBA les iba a descalificar, a usted y a Krstic, por aquellos incidentes de Atenas. Le suspendieron por dos partidos ¿Cómo se sentía, cómo lo ve ahora?
Ya pasó y creo que a estas alturas está bastante olvidado. No quiero hablar mucho más de eso. Las cosas salieron de quicio. Estuve nervioso durante algunos días, pero, afortunadamente, todo ha terminado saliendo bien.
Ha sido nombrado Jugador Más Valioso en la última edición de la Euroliga. ¿Se plantea en algún momento dar el salto a la NBA?
Ese nombramiento también es un reconocimiento para mi equipo, Olympiacos. Todo es más fácil al lado de compañeros como Papalukas, Josh Childress o Kleiza. Pero yo cambio cualquier trofeo individual por un título: el baloncesto es un juego colectivo. Sobre la NBA, no tengo planes. Aunque nunca puedes decir "nunca jamás". Sí le diré algo: la NBA tiene aún cierta ventaja sobre los buenos equipos europeos, pero la diferencia no deja de acortarse.
El Teodosic de hoy, ¿en qué jugador se inspira?
¿Cómo juego yo? Soy base o ayudo al base como escolta. Y querría jugar como nuestros grandes jugadores a los que admiraba y veía cuando era muy joven: Djordjevic, Bodiroga, Danilovic... A los americanos los veía poco.
¿Se ven ahora en la final de este Mundial?
Eso esperan en nuestro país, Serbia, pero hay que ser realistas: sólo se puede prometer trabajo duro y lucha. Turquía juega en casa y será un rival muy complicado.
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