Por Lartaun de Azumendi
5. El 9 de abril de 1978
se celebraba la noche del draft en la NBA. Larry, pese a ser Junior y
restarle aún un año más en Indiana State, si así lo deseaba, podía ser ya
elegido por un equipo de la liga profesional debido a que su promoción (la que
comenzara cuando él se matriculó en la Indiana de Bobby Knight) ya se había
graduado. Quiso el destino que fueran sus paisanos de los Indiana Pacers
quienes tuvieran el número uno a la hora de elegir. Los Pacers trataron por
todos los medios de que Bird renunciara a su último curso
universitario para incorporarse a su plantilla después del verano, pero el Aldeano de French Lick no dio su brazo a torcer. Los Pacers, desanimados, cambiaron su puesto en el draft con los Blazers de Portland, quienes también trataron de convencer al rubio en vano. Portland acabó escogiendo a Mychal Thompson, Kansas City a Phil Ford, los Pacers a Rick Robey —que acabaría siendo el mejor amigo de Larry en Boston—, los Knicks a Micheal Ray Richardson, los Warriors a Purvis Short y con el número seis, el genial Red Auerbach se la jugó con Larry Bird. Al judío de Brooklyn no le importaba que Bird se volviera a las aulas, pero necesitaba que firmara con ellos antes del siguiente draft porque si no Larry podría volver a ser elegible y habría echado a perder su apuesta. En su libro “Drive: the story of my life de 1988, Larry cuenta cómo no le podían importar menos los Celtics en esa época porque, entre otras cosas, jamás había sido fan de ellos ni había seguido su trayectoria. La siguiente temporada y tras muchos estiras y aflojas
entre Bob Woolf, representante de Bird, y los Celtics, la
intervención final de Henry Mangurian —entonces propietario de
la franquicia— propició que Boston y Bird firmaran una unión por cinco años y
un monto total de 3,25 millones de dólares. Era la cantidad más alta jamás
lograda por un rookie de cualquiera de las cuatro ligas
profesionales de los EE. UU. “No importa lo bueno que sea, todavía soy
solamente un Aldeano de French Lick”, diría abrumado ante la prensa.universitario para incorporarse a su plantilla después del verano, pero el Aldeano de French Lick no dio su brazo a torcer. Los Pacers, desanimados, cambiaron su puesto en el draft con los Blazers de Portland, quienes también trataron de convencer al rubio en vano. Portland acabó escogiendo a Mychal Thompson, Kansas City a Phil Ford, los Pacers a Rick Robey —que acabaría siendo el mejor amigo de Larry en Boston—, los Knicks a Micheal Ray Richardson, los Warriors a Purvis Short y con el número seis, el genial Red Auerbach se la jugó con Larry Bird. Al judío de Brooklyn no le importaba que Bird se volviera a las aulas, pero necesitaba que firmara con ellos antes del siguiente draft porque si no Larry podría volver a ser elegible y habría echado a perder su apuesta. En su libro “Drive: the story of my life de 1988, Larry cuenta cómo no le podían importar menos los Celtics en esa época porque, entre otras cosas, jamás había sido fan de ellos ni había seguido su trayectoria. La siguiente temporada y tras muchos estiras y aflojas
6. El 12 de octubre de
1979 debutaba Larry Bird como jugador profesional. El viejo Boston Garden era
el escenario. Los Rockets de Houston, el rival. Larry era titular junto a Tiny
Archibald, Chris Ford, Cedric Maxwell y Dave Cowens. Los
Celtics se imponían a los Rockets por 114-106 ante los 15,320 asistentes que
abarrotaban el Garden. Bird anotaba 14 puntos en un serie de 6/12 en T2, 0/1 en
T3 y 2/2 en los tiros libres. Además, tomaba diez rebotes y repartía cinco
asistencias, todo ello en solo 28 minutos. Era el primer partido en la historia
de la liga que se jugaba con línea de tres puntos y la primera canasta triple,
que pasaría al libro de récords de la NBA, sería obra de su compañero Chris
Ford a falta de tres minutos y 48 segundos para el final del primer cuarto.
7. El dos de enero de 1981, segunda temporada en la liga, Bird venía
de firmar una noche mala en San Diego la noche anterior. Sus últimos nueve
tiros no le habían entrado aunque a él no pareciera preocuparle excesivamente.
Al fin y a la postre, Boston había acabado imponiéndose a los Clippers por
85-88. Ese día dos, se enfrentaban a los
Warriors de World B. Free, Purvis Short, Joe Barry Carroll y Bernard
King. Larry Bird lo intentó todo pero la defensa a la que le sometieron
tanto Short como el rookie Larry Smith hizo que no
pudiera anotar ni un solo punto en toda la noche. Su racha negativa en el tiro
se iba a ver alargada hasta los 0/18 si se sumaban sus errores a los últimos
nueve de San Diego. Nunca jamás se volvería a quedar en cero puntos en su
carrera en la NBA.
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